En el siglo XIX el escritor Herman Melville, autor de Moby Dick, las visitó y las describió como un paisaje salido del Apocalipsis: "Son un grupo de volcanes extinguidos -dijo- que presenta el aspecto que podría ofrecer el mundo después de haber sufrido el castigo de una conflagración" .
En 1835 arribó a las islas Charles Darwin, y comentó al llegar allí: "Tanto en el tiempo como en el espacio nos encontramos frente al gran fenómeno, frente al misterio de los misterios: la primera aparición de nuevos seres sobre la Tierra". Darwin se encontró con animales que no existían en ningún otro lugar del mundo; descubrió además, que el archipiélago se había formado a partir de una erupción volcánica ocurrida en una época geológica reciente. Por este motivo, sostuvo que el continente americano nunca había estado unido a las islas. Y, como consecuencia, los animales que habían llegado al archipiélago desde el continente, adquirieron características muy distintas a las de sus pares continentales.
Estas observaciones, le sirvieron como base científica de su teoría sobre la evolución de las especies por medio de la selección natural, que incluyó en su obra "Origen de las especies". Históricamente, las Galápagos fueron un escondite ideal para piratas y delincuentes. Recién en 1832, Ecuador tomó posesión de las islas en forma oficial bautizándolas con el nombre de Colón. En 1968 se constituyeron el Parque Nacional Galápagos y la estación biológica Charles Darwin, en la isla Santa Cruz. Las Naciones Unidas las declararon como Reserva Biológica Mundial y la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad. En 1986 también fue declarado como reserva natural el mar que las rodea, por ser sus aguas las más puras y transparentes del mundo.